Colaboración con Enrique M. Rodríguez Balsa. 

 

La Teoría cuántica revolucionó la ciencia al exponer los principios que rigen el mundo que hay más allá de los límites

observables del átomo, el tejido esencial de la materia y la

energía.

 

Todo lo que por ser visible parecía inmutable, estático, constatable, predecible, medible y sujeto a la flecha del tiempo, cedió paso a la paradoja de que sus elementos constituyentes, que escapan al ojo, compartían estados, cambiaban al ser observados, estaban sujetos a la probabilidad y la indeterminación, y mostraban propiedades que parecían mágicas. El universo de la dirección de personas es mecanicista, muy determinado y predecible, amén de limitado con frecuencia a la escala de la «plantilla» o, como mucho, de esa categoría tan reductora de la persona que es la de «empleado» y su experiencia. Pero el mundo que existe por debajo de la escala departamental, el de los «quienes» o individuos, comparte muchas de las características y propiedades del mundo cuántico.

 

Crear o no crear entornos estables para que los «quienes»

liberen toda la energía de la que son capaces depende de saber interpretar adecuadamente ese mundo cuántico humano

que existe pero es tan ignorado, como en su día lo fueron sus lejanos primos de la física y la mecánica. Todo eso es lo que descubrirás en este libro.

 

Publicado con El Club de la Niebla en 2022 junto con Enrique Rodríguez Balsa. 

Prólogo de Jesús Torres

Haz clic aquí para leer la introducción.

Cómo colaboré con Enrique en este libro

Enrique, quien se ha convertido en un mentor y promotor para mí, me pregunta una noche muy tarde muy tarde si quiero colaborar con él en algo relacionado con física cuántica y gestión de personas. Leo el mensaje medio dormida, medio despierta (mi estado habitual en los primeros meses tras nacer mi hija) a esas horas que a mí me parecen intempestivas. Sin apenas atinar a escribir decentemente le digo: no sé de qué me hablas, pero te dije que siempre contarías con mi apoyo. 

Enrique es el visionario del Management Cuántico, el innovador y el promotor. 

 

Tal vez eran solo las nueve de la noche, o de la tarde, según se mire. 

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